De la duda a la ciudadanía: hacer realidad el sueño de la naturalización

Una de las mejores cosas de mi trabajo es que puedo ayudar a la gente a darse cuenta de que lo imposible no es imposible. Este mes, ayudé a dos personas a obtener la naturalización que, cuando hablaron conmigo por primera vez, no pensaban que alguna vez podrían convertirse en ciudadanos estadounidenses.

El viaje de Bob hacia la ciudadanía

Bob entró a Estados Unidos hace 35 años. Tenía una visa de turista, pero el oficial del INS en la frontera creía que Bob había estado trabajando en los Estados Unidos en una visita anterior. Se le concedió la libertad condicional como extranjero llegado, pero se le puso en proceso de deportación. El juez de inmigración le dijo a Bob que si salía de Estados Unidos no quedaría nada en su expediente, pero si no salía, tendría una orden de exclusión. Pero Bob nunca se fue. Treinta años después, Bob se casó con un ciudadano estadounidense. Vienen a nuestra oficina para hablar sobre el ajuste de estatus. Bob no creía que fuera posible debido a lo que había sucedido en la corte hace tantos años. En la entrevista, el Oficial de Inmigración no estaba seguro de que Bob calificara para su tarjeta verde, pero presentamos nuestros argumentos y se convirtió en residente permanente legal en 30. A principios de este mes, Bob se convirtió en ciudadano estadounidense. Después de la entrevista, parecía un poco sorprendido, incrédulo de que después de 2020 años, finalmente podría llamar a Estados Unidos su hogar permanente. 

El camino de Mabel hacia la ciudadanía

Mabel había sido residente permanente desde 1992, pero tuvo miedo de presentar otra demanda después de ser arrestada en 2015. Fue arrestada por un delito de cuello blanco y sentenciada a cinco años de libertad condicional y una multa, pero también recibió Primero Condición de delincuente, lo que significó que no hubo declaración de culpabilidad. Sin embargo, los arrestos y cualquier sentencia pueden tener enormes consecuencias migratorias. Estaba muy nerviosa, pero sabía que quería poder viajar internacionalmente sin preocupaciones y potencialmente solicitar que sus padres vinieran, lo cual requería que ella se convirtiera en ciudadana estadounidense. La semana pasada el sueño de Mabel se hizo realidad. Fuimos a su entrevista y 30 minutos después, prestó juramento de lealtad. 

Superar dudas y actuar

Tanto Bob como Mabel no estaban seguros de lograr sus sueños de ciudadanía estadounidense. Pensaron que su pasado era demasiado para superar. Investigamos y discutimos los riesgos y finalmente decidieron que era el momento adecuado para presentar la solicitud. Nunca una mancha en su expediente es fatal para la naturalización. Si tiene algo que le impide tomar los siguientes pasos con su estatus migratorio, hable con un abogado de inmigración con experiencia que pueda analizar su caso y ayudarlo a tomar la mejor decisión. ¡La naturalización puede no ser tan imposible como crees!

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